Jarra de cobre
Jarra en cobre fundido, con decoración en relieve que representa el episodio histórico legendario del rapto de las Sabinas. El asa tiene forma de figura femenina y tiene un hueco en el que parece faltar una piedra incrustada. Está situada en la vitrina derecha de la bancada del salón de grados de San Xerome. Forma parte del Gabinete de Curiosidades creado en 1841 como elemento complementario de la cátedra de Historia Natural.
Al igual que en otras piezas del Gabinete, el interés de ésta no reside en su material metálico -aquí de poco valor ya que se trata de cobre-, sino en su aparato decorativo, en este caso su ornamentación iconográfica. Se trata de una jarra que ha sido en alguna ocasión fechada en torno a 1520, por atribuirse al círculo del célebre orfebre renacentista Benvenutto Cellini -1500-1571-. A pesar de que la inspiración, en cuanto a los modelos ornamentales, se asemeja, la forma nos hace decantarnos más por situarla en el periodo rococó.
Posee un típico pie dieciochesco en tres molduras -la primera, recta y fileteada; la intermedia, convexa; y la tercera, cóncava-, cuerpo pseudo-cilíndrico decorado, cuello con pico vertedero sobresaliente y asa en forma de C. El pie es totalmente liso, mientras que el cuerpo se cubre con el episodio del rapto de las sabinas. Este tema histórico describe el momento en que los romanos, capitaneados por Rómulo, fundador y primer rey de Roma, raptan a las mujeres de Sabinia que habían acudido a la ciudad con sus familias para asistir a las pruebas deportivas organizadas por el propio rey. Según este mito, los romanos raptaron a las sabinas para suplir la carencia de población femenina que arrastraba su ciudad.
Este episodio, ampliamente representado en el arte por su dinamismo y dramatismo, se dispone de modo secuencial en el vaso, donde aparece una serie de mujeres con el pecho descubierto que son violentadas por hombres ataviados con el característico traje militar romano, sobre un fondo decorado en horror vacui que se completa con diversos animales como caballos o perros que participan del carácter agitado y movido de la escena. El cuello de la jarra se decora con hojas de acanto, mientras que la parte superior, con un ondulante borde rococó, se ve animada con el asa que adopta la forma de un ángel exento, doblado en C, a modo de mascarón. Tanto en el arranque inferior del asa como en la cabeza del ángel parecen haberse perdido dos piedras engastadas en dos cabujones, que completarían la riqueza de la obra. La jarra responde al gusto de los gabinetes de curiosidades por las piezas de metal minuciosamente fundidas o repujadas con episodios históricos, míticos o bíblicos.