San Antonio de Padua
San Antonio como joven franciscano, imberbe, con el hábito y tonsura monacal, sostiene al niño Jesús que, desnudo y con los brazos en alto, se yergue apoyándose en el sayal del santo. Se establece así entre ambos personajes una relación próxima y amable, que intenta subrayarse a través del giro del cuerpo de San Antonio. Estilísticamente cabe destacar la dulzura y el tratamiento exquisito que se aplica a la escena, a través del alargamiento del canon, los difuminados rasgos faciales, y un perfil de las aristas de los pliegues ligeramente redondeado. Esta pieza formaba parte del retablo barroco que fue sustituido hacia 1880 por otro de líneas neoclásicas. La pieza pertenecía a la Compañía de Jesús y por la Pragmática de Carlos III pasó a ser propiedad de la Universidad.