Tabaquera de marfil lobulada
Caja de rapé de plata y marfil decorada minuciosamente en relieve en uno de los lados con la escena bíblica de Esther y Amán y en el otro con motivos florales y geométricos. Guardada en la vitrina derecha de la bancada del salón de grados de San Xerome.
Las cajas de rapé son pequeños estuches popularizados desde la Edad Moderna en los que se guardaba el polvillo de tabaco para aspirarlo. Las más exquisitas estaban construidas en materiales ricos como oro y plata con engaste de piedras, esmaltes o, en este caso, marfil minuciosamente tallado, en dos placas aplicadas a la caja metálica. Podían estar decoradas con patrones ornamentales o con pequeñas imágenes de episodios bíblicos o cortesanos y, en esta pieza, podemos observar ambas facetas. En el reverso, la superficie mixtilínea se divide en cuarteles ondulantes en torno a un centro alargado y se cubren todos ellos con un trabajo de patrones vegetales a candelieri en bajorrelieve. El anverso, con un relieve mucho más rico desde el punto de vista iconográfico y sobre todo técnico, contiene el episodio veterotestamentario de Ester y Asuero.
La historia bíblica se cuenta en el Libro de Ester, hija adoptiva de Mardoqueo, casada con el rey persa Asuero, nombre bíblico de Jerjes I. El momento más interesante de su historia es cuando se persona ante su marido para revelar su ascendencia judía, para pedirle que, como rey, dejase de perseguir a su pueblo. Consciente de la prohibición de la entrada de mujeres al Salón del Trono y ante el miedo de revelar como su religión aquella que su marido perseguía, la mujer se desmayó (Libro de Ester, 15, 9-10). La escena tradicionalmente escogida en la historia del arte para ser representada, por su patetismo y dramatismo, es precisamente el momento del desmayo, que podemos observar en esta tabaquera. No hemos hallado el modelo exacto de esta iconografía, que seguramente estaría copiado de una estampa o grabado. El esquema compositivo, no obstante, es muy similar a la mayoría de obras de arte que lo tratan, tales como las de Rubens -1620-, Gentileschi -1628-1635- o Poussin -1655-. En la parte derecha, el rey Asuero —con tocado turco— se levanta de su trono, señalando con el cetro a su mujer en la izquierda, quien se encuentra desmayada, de rodillas y asistida por dos doncellas. Rodea la escena una serie de personajes sorprendidos, tanto soldados como acompañantes del rey con vestimentas persas. Es de destacar la preocupación por la búsqueda de la perspectiva y la profundidad de campo, con la colocación de una figura en un plano lejano que puede ser Mardoqueo, padre adoptivo de Ester e instigador de la escena, quien no fue admitido en palacio para llevar a cabo dicha protesta. La arquitectura palaciega se concreta en columnas corintias, un arco representando la puerta de entrada y un rico dosel de colgaduras que velaría el trono. La escena está finamente tallada a trépano y en ella se distinguen diferentes niveles de relieve según la profundidad.