En 1880 se dice sobre este retrato que “…, se conserva en el salón principal de la Biblioteca de Santiago, en frente de donde se encuentra colocada la bandera que condujo a los campos de batalla al famoso batallón de los Literarios de Compostela”. Lo pinta Dionisio Fierros en 1857 durante su primera estancia en Santiago entre 1855 y 1858. Está en la línea de tantos y tantos retratos oficiales que realiza por este momento. Se presenta en pie, con su uniforme de gala y distinguido por un gran número de condecoraciones -contaba con las grandes cruces de las órdenes de Isabel la Católica, Carlos III, San Hermenegildo y de la Torre y Espadas de Portugal (1834)-, con su mano derecha apoyada en una mesa y un cortinaje engalanando al fondo. Lo acompaña un extenso texto alusivo al personaje.