Escultura hecha con motivo del V Centenario de la USC. Acisclo parte de sus torsos característicos para ofrecernos una figura que recuerda indudablemente la una niké: la Victoria de Samotracia que tanto le impactó y le influyó a lo largo de su producción artística. Pero no sólo el tema es clásico; la técnica también lo es, pues en los viajes que Acisclo hizo por todo el mundo, quedaría impresionado por la escultura griega, arcaica y clásica, de ahí el recuerdo de los paños mojados fidíacos, que transparentan la silueta de esta obra que se clasificaría dentro de una peculiar modalidad de abstracción figurativa o figuración abstracta. La forma de la niké clásica le sirve al escultor para crear la pieza con la sucesión de planos curvos y ondulantes tan característicos. Los cuerpos desprovistos de cabeza, las extremidades tan sólo sugeridas, que rompen la horizontalidad y recuerdan las victorias aladas, son características de su última etapa. Con respeto al material, aquí emplea el bronce con una pátina verdosa. Firmada