Una vieja en la barandilla
En este lienzo, la pintora lucense hace evidente su admiración por Goya; conocemos otros títulos de la autora en esta misma línea, como "Aquelarre" y aquí nos representa a una mujer anciana asomada a una baranda que indudablemente nos trae a la memoria las pinturas negras del pintor zaragozano: el fondo de manchas negras y sobre todo el rostro caricaturizado de esta mujer son ecos de las obras que decoraban "La Quinta del Sordo"; del mismo modo, el recurso de utilizar la baranda sobre la que se apoya la mujer, nos remite a otra obra de Goya: los frescos que pintó para la iglesia de San Antonio de la Florida. El gusto por los espacios vacíos, el volumen de la figura, la pincelada de toques luminosos de influencia impresionista y el hecho de estar perfectamente individualizados cada elemento del cuadro: la figura, la baranda, la maceta con flores del fondo, son características de esta pintora lucense.